Sunday, May 23, 2004

Se acabó la liga

Pues sí, hoy ha sido la última jornada en Primera División de la Liga española. Ya sabíamos que el Valencia era campeón desde la jornada pasada pero quedaba por ver quién quedaba segundo, quién iba a la UEFA y quién descendía. Al final se han cumplido las previsiones. El Barça ha quedado segundo y no tendrá que jugar la previa de la Champions, el Madrid ha vuelto a hacer el ridículo perdiendo en casa 1-4 con la Real Sociedad y ha quedado cuarto detrás del Depor. Mi Atlético de Madrid se ha quedado sin UEFA, cosa que me esperaba. En realidad no creo que se mereciera otra cosa porque no ha jugado nada bien en todo el año. Finalmente es el Sevillla quien acompañará al Athletic de Bilbao a Europa. Y el Español se ha salvado mandando al Celta y el Valladolid a Segunda.
O sea, nada sorprendente. La competición de la liga acaba poniendo a cada cual en su sitio. Lo que uno siembra, recoge.
Ahora el fútbol me atrae bastante menos que cuando era adolescente pero todavía no he llegado a ese punto en el que me resulte indiferente del todo. Queda la Eurocopa por delante y espero que nuestra selección sea capaz de pasar los cuartos de final, que es nuestro lugar fatídico en los últimos mundiales y europeos. Al ser en Portugal, España estará acompañada por miles de aficionados españoles, con lo cual será casi como si jugara en casa. Es decir, o ahora o nunca.

Saturday, May 22, 2004

La "boa" II

Bonita "boa" la que hemos podido presenciar en televisión anuque desde luego la realización ha sido vergonzosa en varios momentos. Más parecía que estaban retransmitiendo un concierto que una boda principesca. Se ha visto más veces el tío que dirigía la orquesta que a buena parte de los familiares de la pareja. Y lo de la comunión ya ha sido escandaloso. Mientras los novios comulgaban en las dos especies el imbécil del realizador enfocaba a los violines y al coro.
Dicho eso, creo que la ceremonia ha quedado muy digna en todos los sentidos. Especialmente impactante ha sido la lectura de 1ª Cor 14 que ha hecho la abuela de la princesa. Felipe me ha parecido menos hierático y artificial de lo que me suele parecer siempre y Letizia estaba guapa, digna y atenta a la liturgia. Otro hecho realmente insólito pero muy significativo es que los novios han cantado el padre nuestro en latín. Los reyes, bien, pero creo que algo más fríos que en las bodas de sus otras dos hijas.
Respecto al Cardenal Rouco, creo que ha estado bastante bien en la homilía, tanto en cuanto a la enseñanza doctrinal y moral como en cuanto a lo clarito que ha expresado lo que significa para esta país la "monarquía milenaria". Si acaso cabría acharcarle que ha estado algo fallón en algún momento de la ceremonia. Sin duda no tiene una voz melodiosa y potente. Por cierto la catedral estaba perfecta y por lo que me he podido fijar, los iconos de Kiko Argüello, que tanta polémica absurda han causado, quedan muy bien.
Pena de lluvia.... y pena de la poca gente que había en las calles de Madrid para saludar a los novios.

Friday, May 21, 2004

La "boa"

Mañana se casan Felipe y Letizia. En teoría están destinados a ser reyes de España pero tal y como están las cosas en este país, no sé si llegarán a ser reyes o qué es lo que quedará de la España sobre la que reinen.
El príncipe Felipe es de mi quinta. Nació el mismo año que yo aunque 10 meses antes. No tengo una opinión muy formada sobre él pero siempre me ha dado una sensación de artificialidad que no me acaba de gustar. Deseo que haya acertado al elegir esposa.
En realidad, esta boda no llega en buen momento. Madrid todavía sangra por sus cuatro costados debido al 11-M y el país está en manos de un gobierno que a mí me da cada vez más mala espina aunque sigue siendo pronto para discernir hasta dónde nos van a llevar.
Presiento que los próximos meses y años van a ser muy complicados y no tengo nada claro que lo que se está conciendo en Europa ayude en nada.
En fin, que sean felices y que Dios les conceda el don de la fidelidad conyugal y la fecundidad.

Thursday, May 20, 2004

Regalos del Señor

Todavía estamos bajo la resaca de la muerte del lolo acontencida este pasado lunes. Sin embargo, hoy tengo nuevos motivos para dar gracias a Dios por su clara actuación en medio de todo este dolor. Resulta que dado que mis suegros tenían contratada la póliza de entierro desde hace muchos años, el seguro contaba con una cantidad de dinero importante para que todos los gastos del sepelio quedaran perfectamente cubiertos y además sobrara algo de dinero que se podría dedicar a lo que eligiera la familia. Se nos propuso el poner un par de esquelas en los periódicos y emisoras de radio locales. Y así se hizo. El día del entierro nos dimos cuenta que había venido gente mayor, incluso anciana, a la que no conocíamos de nada. Ha sido hoy cuando nos hemos enterado de quiénes eran. Ocurrió que en Albalatillo, pueblo vecino, alguien leyó u oyó la esquela de la muerte del lolo en la que se anunciaba el lugar y la hora de entierro. Y esa persona resultó reconocer quién era el lolo: la persona que le había ayudado en tiempos de la Guerra Civil. Efectivamente, Víctor Alcolea Alcolea, que así se llamaba el abuelo, ayudó a muchas personas de los pueblos de alrededor en aquellos años trágicos. Y eso que él mismo no tenía apenas interés en la política. Como quiera que al saber conducir y montar en moto era chófer y correo de un alto mando del bando republicano, pues aprovechaba y ayudaba a quien lo necesitaba a ponerse en contacto con su familia en otros lugares de la zona republicana, especialmente de Barcelona. Es más, parece que ayudó a algunos a escapar de lo que probablemente habría sido una muerte segura. Y algunos de esas personas todavía viven. Y se plantaron en el entierro como forma de agradecerle el favor. Lo bueno del caso es que nadie en la familia sabíamos esto. Y ha sido una sorpresa, a la vez triste y agradable, el habernos enterado de esa parte escondida de la vida del lolo. Triste en el sentido de que nos recuerda muy vivamente que se nos acaba de ir. Pero agradabilísima porque, como me decía mi esposa Lidia hoy, "me doy cuenta hasta qué punto mi abuelo era bueno no sólo con nosotros, sino con todo el mundo. Tan bueno que muchos no le han olvidado ni aun habiendo pasado años".
Y yo, claro, no puedo por menos que darle gracias a Dios por haber permitido que una "casualidad" así nos sirva para entender que este hombre que ha partido a su presencia hizo el bien desde su juventud. Créame el lector que no miento si digo que pocas cosas pueden ser de tanto consuelo para un cristiano como el saber que un ser amado que ha muerto en la gracia de Dios hizo el bien desde su juventud hasta su vejez. Y es que ciertamente sabemos que Dios pagará a cada cual según sus obras. Al lolo también.

Wednesday, May 19, 2004

Revestidos de Cristo y limpios del pecado

Sinceramente, no sé qué sería de mí sin el don de la fe. No puedo imaginarme mi vida sin la referencia constante a Dios. Sería como ir desnudo por la calle, expuesto al frío que congelaría mi cuepo o al sol abrasador que quemaría mi piel. Dice San Pablo que todos aquellos que somos bautizados, de Cristo estamos revestidos (Gal 3,27). Me encanta esa imagen paulina. Mientras que Adán y Eva fueron vestidos por Dios con pieles y túnicas justo antes de expulsarles del Edén, a nosotros nos viste de Cristo como paso previo a nuestra entrada en su Reino celestial. Pero desgraciadamente, muchos son los que desechan semejante vestido precioso y salvífico. Prefieren vestirse de la ropa inmunda del pecado, del hedonismo, del neopaganismo rampante. Incluso los que creemos a veces manchamos el vestido santo que llevamos con la moda mundana. Menos mal que tenemos un detergente fabuloso que limpia toda mancha. Es la sangre de Cristo el "detergente" que nos lava y es el sacramento de la penitencia la "lavadora" de nuestros pecados.
Hoy me tocó lavar mi alma y así he podido comulgar en misa, con lo cual ahora estoy como niño que duerme en cama con sábanas nuevas. El retrasar la recepción del sacramento de la confesión cuando sabes que debes acudir a él es como ir vestido con la misma ropa durante semanas. Por mucho que te laves el cuerpo, hueles mal.
Hoy las lavanderías espirituales están vacías en demasiadas parroquias. Por eso es urgente recordar que Cristo sigue siendo el mismo ayer, hoy y siempre. Y que no podemos presentarnos ante el Padre vestidos del pecado porque el vestido que nos regaló en el bautismo le costó mucho. Le costó enviar a su Hijo a la cruz para morir por nosotros. Quienes disminuyen la importancia del sacramento de la confesión, disminuyen el valor de la cruz y ponen en peligro la salvación de muchas almas.

Dios tenga misericordia de todos nosotros

Tuesday, May 18, 2004

Día difícil

Hoy al mediodía enterramos al lolo. Ha sido una jornada especialmente difícil para todos los que le queríamos. Todo el pequeño pueblo de Pallaruelo ha estado en la Iglesia y la mayoría nos ha acompañado luego al cementerio. Durante la misa funeral he estado sentado al lado de mi primogénito, José Luis. El chico ha llorado durante casi toda la ceremonia y muy especialmente cuando se ha leído el Salmo "el Señor es mi pastor, nada me falta...".
El resto del día ha sido un constante cruce de miradas y de intentos de hablar de cosas que nos distrajeran un poco de nuestros pensamientos afligidos. La vida sigue y aunque el dolor nos acompañará en las próximas jornadas, lo peor ya ha pasado.
Me viene a la memoria una cita preciosa de San Agustín:

Una flor sobre su tumba se marchita.
Una lágrima sobre su recuerdo se evapora.
Una oración por su alma, la recibe Dios

Hoy hubo flores y lágrimas. También oraciones, claro. Ellas son ahora nuestra mejor forma de demostrar el amor que teníamos al abuelillo que se nos ha ido.

Dios tenga misericordia de todos nosotros

Monday, May 17, 2004

Se fue

Hoy a las 8 y media de la mañana ha muerto el "lolo". Se fue cuando una monja le estaba afeitando, de forma tranquila y sin sufrimiento alguno. Acababa ayer mi diario expresando mi deseo de que todavía le pudiéramos tener entre nosotros unos meses más. Dios ha querido llevárselo ya y aunque el dolor por su pérdida nos embarga debemos dar gracias al Señor por cómo ha sucedido todo. Debemos agradecerle que ayer nos permitiera visitarle para disfrutar por última vez de una lucidez mental sorprendente a su edad y de esas miradas de cariño que nos regaló. Fue muy especial para mi esposa porque se pasó la mayor parte de la tarde con su mano agarrada a la de su lolo. Hoy han llorado casi todos. Lidia, José Luis, Juanito, mis suegros, mi cuñado....
Nuestra hijita Rut, que a sus tres años apenas puede comprender lo ocurrido, lleva todo el día dicendo que el lolo ya está en el cielo con Jesús, con la abuela Amelia (mi madre a la que no conoció) y con la tía Pili (tía de mi esposa). Vamos, que casi nos beatifica ella sola a todos nuestros difuntos. Eso sí, no ha parado de preguntar cómo y por dónde se va al cielo y, sobre todo, cómo se vuelve. Bendita inocencia de una niña que apenas está aprendiendo los rudimentos de la fe católica.
Nuestro párroco, el padre José María, ha estado en el velatorio y ha presidido un responso. ¡Qué sabias palabras y oraciones tiene la Iglesia dispuestas para estas circunstancias! Incluso para aquellos que no están acostumbrados a la práctica religiosa, un simple responso por el ser querido puede ser un punto de apoyo en el que encontrar consuelo. Y sin duda hay un valor catequético enorme en toda la liturgia relacionada con el paso de la vida mortal a la inmortal.
Quiera Dios que estos días de dolor sean a su vez días de gracia divina que nos acerquen más a Aquél que nos dio la vida y que nos la tomará para llevarnos, si somos fieles hasta el final, a sus mansiones eternas.

Lolo, descansa en paz

Padre, apiádate de su alma y concédele el descanso de los justos.

Sunday, May 16, 2004

Foros, chats, listas de correo y otras hierbas

Siete años de presencia en Internet dan para mucho, especialmente si, como es mi caso, el internauta es de los que está conectado a la red varias horas cada día. Durante todo este tiempo puedo decir que he hecho en la red prácticamente de todo menos concertar una cita a ciegas para mantener una relación apasionada de una noche. Confieso, sin embargo, que he podido darme cuenta de lo relativamente fácil que es establecer una relación personal con una persona del otro sexo que, si se prolonga en el tiempo y no se toman medidas, puede acabar con un matrimonio incluso aunque éste no pase por dificultades. Y es que la red consigue algo que en la vida diaria no siempre se logra entre seres queridos: comunicación y diálogo. Esto tiene una explicación fácil. Si tú te sientas con una persona en una misma habitación puede que hables con ella o puede que no, pero si entras en un chat de Internet o, sobre todo, usas habitualmente uno de los programas tipo ICQ o Messenger, lo normal es que acabes siempre hablando con el que tienes al otro lado de la pantalla. Es posible que haya personas que entran a los chats sólo a leer lo que dicen los demás pero no es lo habitual. De hecho para muchas personas es más fácil comunicarse con los demás de esta manera que no personalmente. Eso está creando no pocos problemas de personalidad en individuos inmaduros y también en adolescentes pero me temo que poco se puede hacer para impedirlo. Debemos aceptar el hecho de que Internet cambiará y moldeará nuestra sociedad occidental de forma tan radical o incluso más que lo que consiguieron la radio y, sobre todo, la televisión.
En cuanto a mí, no soy una persona partidaria de entrar en chats masivos. Nunca me han gustado porque suelen ser como un gallinero donde se ha introducido a una zorra. A pesar de eso, hay personas que hoy son muy importantes en mi vida a las que conocí en un chat, como es el caso de mi director espiritual, el padre Joaquín Climent, que se convirtió en padrino de mi confirmación cuando recibí ese sacramento al poco de regresar a la Iglesia Católica. Con todo, han sido los foros donde he conocido a más personas con las que todavía hoy mantengo contacto "virtual" y no tan virtual. Fray Nelson Medina O.P, el padre Guillermo Juan Morado, Antonio, Arturo, Isaac.... la lista es larga y para mí muchos de ellos son ya auténticos amigos, dentro del límite que la propia red pone a eso tan bello que es la amistad humana. Hace años la mayoría de mis contactos eran protestantes. Hoy tengo bastantes más contactos católicos. Y creo que sólo uno es no cristiano: un chaval llamado José al que contacté bajándome un mp3 con el edonkey. A casi todos ellos los conocí a través de los múltiples foros religiosos en los que he participado. Me acuerdo lo mucho que me hizo reír Fray Nelson cuando hace años me llamó "forum-man", pero no le faltaba razón. Miles y miles de horas y de mensajes he dedicado estos años a debatir sobre doctrinas, citas, políticas y movidas personales. Las listas de correo tienen un funcionamiento que se puede considerar similar a un foro pero en mi opinión no enganchan tanto como un buen foro. Otro día intentaré contar lo que he vivido en cada uno de esos foros en los que he dejado tanto tiempo de mi vida. Lo que sí puedo decir es que, curiosamente, cada foro tiene su propia personalidad, marcada más por el tipo de foristas que participan que por la actitud de sus moderadores, aunque dicha actitud también puede moldear en buena medida el transcurrir de la vida de un foro.
También creo necesario hablar sobre el papel que la red de redes puede tener en la vida de la Iglesia y su labor evangelizadora. Pero eso será en otro momento.

En otro orden de cosas, hoy hemos ido a visitar al Lolo al hospital. Tras varios días de mejora evidente el hombre ha sufrido una ligera recaída más producida por trastornos intestinales que por la neumonía que padecía cuando ingresó. La verdad es que da bastante angustia el ver lo fácilmente que cualquier tontería puede llevarse por delante la vida de un anciano pero.... de barro somos. De momento le doy gracias a Dios por habernos permitido volver a verle y ojalá nos siga regalando meses de su vida.

Saturday, May 15, 2004

San Isidro

Siempre me pareció curioso que el patrón de la ciudad más importante de España, Madrid, fuera San Isidro Labrador, patrón a su vez de los agricultores. Precisamente agricultores no son lo que sobran en la capital de este Reino. Pero claro, Madrid no siempre fue así sino que en sus inicios era una villa que tardó siglos en convertirse también en corte. Y siendo villa es cuando se eligió como patrón a este santo.
Yo ahora vivo en un pueblo de Los Monegros, zona rural donde la agricultura y, en menor medida, la ganadería, han sido tradicionalmente las fuentes de riqueza, o de pobreza, de la población. Por ello también se celebra hoy aquí la fiesta de San Isidro. Para no variar, esta es una fiesta religiosa que también ha sufrido un proceso de secularización. No sé cuántos serán los que por lo menos leen la historia del santo en estos días para sacar de su testimonio de fe y santidad algo positivo para llevarlo a cabo en la vida. Pero aunque pudiera haber una mayoría que viviera esta festividad desde un espíritu meramente lúdico o hedonista, eso no quita para que los católicos practicantes no hagamos lo mismo y vivamos fiestas como ésta con la vista puesta en las cosas del espíritu, que siempre son las que a la larga hacen que nuestra vida sea más acorde con la voluntad de Dios. Nosotros tenemos la ventaja de que en las fiestas religiosas sabemos pasárnoslo bien y a la vez alimentar nuestras almas. Animemos a otros, dentro de nuestras posibilidades, a buscar ese otro lado de la fiesta que ellos mismos, por ignorancia o dejadez, han dejado atrás

Friday, May 14, 2004

Los colchoneros estamos de luto

Murió Jesús Gil, presidente y máximo accionario del Atlético de Madrid desde hace casi 17 años. Personaje polémico donde los haya, poca gente podía quedar impasible ante él. O se le quería o se le odiaba. Creo que no son pocos los que han tenido ambos sentimientos hacia su persona dependiendo de lo que él ha ido haciendo a lo largo de los años.
Ser del "Aleti" es algo que deja huella en cualquier persona. No creo que en todo el fútbol español haya una afición tan fiel, tan sufridora y tan acostumbrada a palos como la nuestra. Yo soy atlético porque a mi padre le dio por serlo a pesar de que el resto de la familia ha sido siempre madridista. En ese sentido, siempre he estado en "minoría", pues mis abuelos, tíos y primos han sido o son todos merengues. Y eso, se quiera o no, tiene sus pequeñas consecuencias, tanto buenas como malas, sobre todo cuando se es niño. Aunque desde luego ahora no me tomo el fútbol con la pasión típica de un hooligan no por ello dejo de sentir lo ocurrido a nuestro presidente. Ojalá haya podido morir en la gracia de Dios. Sea como sea, tendrá un lugar en mis oraciones en los próximos días.
Descansa en paz, Jesús Gil

¡¡Forza Aleti!!

Thursday, May 13, 2004

Cual búho despistado

Hace cosa de siete u ocho años entré a trabajar en Servimax, filial de la empresa Prosegur, donde permanecí cerca de dos años. Todo ese tiempo desarrollé mi actividad laboral, que consistía en llevar efectos informáticos bancarios de acá para allá, en horario nocturno. A decir verdad, le cogí el gustillo a ese horario porque yo siempre he sido una persona que he tendido a trasnochar. Lo que ocurre es que semejante circunstancia ayuda muy poco a la convivencia familiar porque no sólo cambia mi ritmo de vida sino que altera el de los demás, que han de tener especial cuidado en casa cuando yo duermo durante el día.
Desde septiembre del año pasado he vuelto a trabajar en horario nocturno. Hay alguna diferencia ya que ahora me toca trabajar una semana entera, de miércoles a martes, y luego libro tres días, para trabajar el fin de semana siguiente en horario diurno, y a continuación libro otros dos días. A partir de ahí se repite el ciclo. El problema está en que una vez que cojo el hábito de dormir por el día y estar despierto por la noche, no lo cambio en los días de libranza. Desde luego hoy duermo menos que hace diez años y con seis horas diarias me puede servir para estar más o menos descansado pero a pesar de ello, la verdad es que, por mucho que personalmente me sienta cómodo con este ritmo de vida, entiendo que afecta demasiado a mi familia. Por eso sería una bendición que el Señor me consiguiera otro trabajo que me permitiera dormir a la hora que todo el mundo duerme en casa.

Tuesday, May 11, 2004

Se nos muere el Lolo

Hoy han ingresado al abuelo de mi esposa Lidia en el hospital. Tiene una neumonía y eso, a sus 94 años, puede significar el fin de su peregrinar por este valle de lágrimas.
No debió ser fácil su vida. El único varón entre muchas hermanas, nació y pasó su infancia en un pueblecito rural de Los Monegros oscenses, una tierra que no se caracteriza precisamente por su facilidad en dar cosechas abundantes ya que es una de las más áridas de toda España. Como a todos los de su generación le tocó en desgracia vivir la Guerra Civil española. Sirvió en el bando republicano supongo que porque le tocó en esa zona y por lo que creo recordar de las pocas veces que este tema ha sido objeto de comentario en la familia, no disparó un solo tiro en toda la guerra ya que su labor era de chófer de un oficial del ejército rojo. El caso es que una vez finalizada la guerra se casó con una linda mujer y se establecieron en Barcelona. Parecía que transcurriría todo lo apaciblemente que se podía esperar en la España de la posguerra pero el destino tenía la intención de no permitir que la felicidad perdurara por mucho tiempo en aquel hogar. Allá nació su primer hijo, mi actual suegro, al que pusieron por nombre Víctor, como su padre; al poco tiempo se trasladaron a vivir a Madrid. Ya en la capital de España nació una segunda hija pero muy prematuramente. En aquella época los niños prematuros tenían muy pocas posibilidades de sobrevivir. Me han dicho que tuvieron a la niña en una caja de zapatos y entre algodones pero la criatura no sabía alimentarse del pecho de su madre y acabó muriendo a los pocos días. Aquél no iba a ser el único palo que la vida le tenía reservado. A los pocos años su esposa enfermó de leucemia y ante la total incapacidad de la medicina de entonces para curar una enfermedad tan grave, la buena mujer se fue apagando poco a poco hasta que el Señor decidió llevársela de este mundo. Viudo joven y con un hijo de ocho años, me imagino que el panorama existencial de este hombre debía ser desolador. Mi suegro pasó entonces a vivir en casa de su tía paterna donde vivió como uno más entre sus primos. Muchas veces he pensado que algunos rasgos de la personalidad del padre de mi esposa se forjaron tras aquella tragedia pero no creo que este sea el momento de hablar de ello. Pasaron los años y, ley de vida, el niño creció, se ennovió y se casó con una muchacha del barrio madrileño conocido como Puente de Vallecas. Ella era unos pocos años más joven que él. El hogar familiar era la misma casa en la que vivía el Lolo y su esposa desde que se vinieron a Madrid, en la conocida como Plaza Vieja del barrio vallecano. Otra vez parecía que todo iba viento en popa cuando mi suegra se quedó embarazada. Debido a un aumento de la presión sanguínea provocado por el embarazo, los médicos se vieron obligados a adelantar el parto cuando la gestación no llegaba todavía a las 28 semanas. Nació Lidia, mi esposa, pesando poco más de un kilogramo. Hoy hay muchas posibilidades de supervivencia para partos tan prematuros pero aquello era el año 1968. Además del disgusto para los padres de la niña es fácil imaginar lo que aquello supuso para el abuelo de la criatura. La pesadilla que le tocó vivir con su hija volvía a presentarse con toda su crudeza con su primera nieta. Pero esta vez los planes de Dios eran diferentes y esa niña sobrevivió. A los tres años nació el segundo hijo del matrimonio, un varón, y aunque también fue algo prematuro, el niño estaba ya completamente formado y bien de peso.
Las circunstancias del nacimiento de Lidia hicieron que su abuelo se volcara completamente con ella. El cariño entre ambos ha sido siempre muy especial, más del normal que suele haber entre abuelos y nietos. Incluso tengo la sensación de que tal hecho produjo algo de celos en ese hogar pero tampoco quiero extenderme sobre la cuestión. El caso es que, de nuevo ley de vida, la nena creció y se hizo una mujercita. Y cuando contaba unos 17 años conoció a éste que escribe estas letras. Tras un noviazgo ciertamente azaroso Lidia y yo nos casamos cuando ella ya estaba embarazada de nuestro primer hijo, José Luis. Yo siempre mantuve una relación correcta con el Lolo. Siendo novio de Lidia no hablé mucho con él pero creo que para él era razón más que suficiente el amor que su nieta tenía hacia mí para aceptarme. No se me olvidará nunca el día en que él vio por primera vez a su bisnieto, nuestro primogénito. El buen hombre se emocionó y a mí me hizo emocionarme aunque supe ocultarlo. Han pasado ya casi 16 años desde aquello, pero sé que es uno de esos recuerdos que me acompañarán hasta la tumba si antes el Señor no dispone que mi memoria me juegue malas pasadas. En todos estos años mi relación con el Lolo no ha sido muy intensa en lo afectivo debido en buena medida a mi poca facilidad para expresar emociones, pero su figura ha ido creciendo en mi corazón y sé que le voy a echar mucho de menos cuando parta el encuentro con su esposa, su hijita y mi Señor. Siempre le he respetado y creo que jamás ha salido de mi boca palabra un reproche hacia su persona, cosa que desgraciadamente no pueden decir todos en su familia. Es más, él me ha enseñado, quizás sin saberlo, cómo se ha de vivir siendo anciano. He visto lo bueno y lo malo de la vejez. Lo bueno, esa alegría casi infantil al ver a su nieta y sus bisnietos tras largos días de ausencia. Lo malo, ese amargor de espíritu fruto de un trato no siempre respetuoso por parte de personas que algún día también llegarán a la vejez. Eso sí, siempre lo ha llevado con mucha dignidad. No entraré en detalles pero sí puedo decir que este hombre me ha enseñado la importancia del mandamiento de honrar al padre y la madre, especialmente cuando son ancianos. Por desgracia mis padres ya han muerto así que no tengo oportunidad de poner en práctica lo que he aprendido, aunque espero poder transmitírselo a mis hijos.
Pero, a menos que Dios nos quiera regalar algunos meses más de su presencia entre nosotros, es probable que haya llegado el momento de la partida, de la separación. Sé que a mi esposa se le va a ir uno de los pilares de su vida. Voy a sufrir mucho por ella, por su dolor. Sé que ésta es una circunstancia que le llega en un momento de su vida especialmente difícil y, para qué voy a negarlo, tengo miedo. Y también yo mismo sufriré la separación del Lolo. Me anticipo ya y pido al Señor que me ayude a ser hombro en el que Lidia y los niños puedan llorar la ausencia de este ser tan querido y al mismo tiempo le pido consuelo para mi alma. Como cristiano sé que la muerte es sólo un paso hacia la eternidad con Dios para los que morimos en su gracia y sé que el Lolo ha sido un buen cristiano que llevaba a sus nietos y bisnietos a misa hasta que le fallaron las fuerzas. Pero aun así mi alma llora porque sé que un referente importante de mi vida dejará de estar ahí, donde siempre ha estado desde que le conocí.

Quiera Dios apiadarse de todos nosotros

Monday, May 10, 2004

Ser católico en un país descristianizado

España, poco a poco, ha perdido algo cosustancial a ella misma: su condición de cristiana y católica. Todos los datos señalan al hecho de que sólo un 20% de la población acude a misa dominical mientras que alrededor de un 50% no va nunca o directamente se declara agnóstica o atea. Ciertamente este mal no sólo afecta a este país sino a nuestros vecinos europeos. La descristianización de Europa es un hecho. Es posible incluso que estemos mejor que británicos, holandeses y algunos otros. Pero sabio es el refrán que dice "mal de muchos, consuelo de tontos".
Entrar a analizar las causas de esta descristianización es una tarea ardua y compleja para la que yo no soy la persona indicada. Pero a riesgo de equivocarme daré mi opinión. Creo que lo que nuestros ojos contemplan es el resultado del avance brutal de una secularización que se encontró las puertas abiertas de par en par tras el postconcilio. Tras leer detenidamente los documentos del Concilio Vaticano II he llegado a la conclusión de que lo que hay en ellos no puede usarse para justificar el descontrol y desvarío en el que entró la Iglesia durante el pontificado de Pablo VI. La absoluta falta de autoridad para frenar los desmadres doctrinales y litúrgicos produjo un grave daño en el alma del catolicismo y a día de hoy todavía sufrimos las consecuencias. A pesar de que el papado de Juan Pablo II ha supuesto un freno a ese gravísimo mal que amenazaba con lograr desde dentro de la Iglesia lo que sus enemigos no han conseguido en veinte siglos, la realidad es que hoy nos encontramos con situaciones tan paradójicas como las de un Monseñor Lefebvre excomulgado, con razón, al lado de un Hans Küng que ni siquiera ha sido suspendido a divinis a pesar de su público y pertinaz rechazo de varios dogmas de fe católicos. No niego ni discuto las poderosas razones que asistían al Papa para excomulgar al arzobispo francés pero sí tengo la completa seguridad de que Monseñor Lefebvre era infinitamente más ortodoxo en la doctrina que una gran pléyade de obispos, sacerdotes, teólogos, rectores y formadores de seminarios opuestos en mayor o menor medida al Magisterio de la Iglesia y contra los que no se ha usado el mismo rasero disciplinar.
Y he ahí la raíz del drama que todavía vivimos hoy. Cuando la disciplina se relajó tomando como excusa una apertura postconciliar que en ningún caso debió suponer la asunción de elementos de la modernidad que habían sido condenados magisterialmente por los "papas-profetas" de finales del s XIX hasta mediados del s. XX, la salud del pueblo de Dios empezó a sufrir una especie de enfermedad paralizante que todavía nos acecha. La realidad, nos guste o no reconocerla, la queramos esconder o no, es que buena parte de la Iglesia, no toda por supuesto, pasó de ser sal en el mundo a ser salada por el mundo. En vez de evangelizar la modernidad, dejamos que la modernidad se introdujera como un virus destructor por las venas y arterias que, durante veinte siglos, han sido canales de la sangre de nuestros mártires, de nuestros santos. La necesaria inculturación en la era que nos tocaba vivir se convirtió en la puerta ancha descrita por Cristo en los evangelios. Las vocaciones se desplomaron. El alejamiento de grandes masas de la Iglesia y los sacramentos se convirtió en el pan nuestro de cada día. En muchos seminarios la preparación teológica, pastoral y espiritual de los seminaristas se convirtió en semilla de vocaciones frustradas, de sacerdotes heterodoxos y de futuras cátedras de teología abiertas de par en par al veneno de la teología liberal.
Sin duda Pablo VI tenía parte de razón al advertir que el humo de Satanás se estaba colando por alguna fisura. Digo parte de razón porque a mí no me parece que fuera por una simple fisura. No, ese humo estaba entrando por ventanas abiertas de par en par. Y los responsables de cerrarlas no hicieron nada. Si no las abrieron ellos mismos, cosa que sospecho, como mínimo permanecieron sentados quejándose de que el aire se hacía irrespirable. Dios juzgará si el encargado de las llaves del Reino hizo bien su labor.

Lo cierto es que de poco vale ya quejarse de lo que ha ocurrido décadas atrás. La realidad es la que es y debemos aprender a vivir en la sociedad que nos ha tocado en suerte. La pregunta es: ¿cómo vivir siendo fieles a nuestra fe en medio de una sociedad hedonista, neopagana, donde el holocausto del aborto parece imparable, donde la inmoralidad se convierte en panacea de los índices de audiencia en la televisión y la prensa del corazón, donde el anticlericalismo enseña de nuevo sus garras tras la sonrisa y el falso talante del nieto de un masón que nos gobierna gracias a los doscientos muertos que causaron inmigrantes marroquíes musulmanes al servicio de todavía no se sabe bien quién o quiénes?

Se me responderá: siendo fieles al evangelio.

Sin duda, es así. Pero, ¿en qué consiste esa fidelidad al evangelio en medio de todo esto? ¿basta con ser "santos" individualmente o estamos llamados a algo más, a trabajar por la santificación de la Iglesia desde los pies a la cabeza, desde el pueblo llano a las más altas jerarquías? ¿y eso cómo se hace? ¿dónde están entre nosotros y hoy esos grandes santos quienes, como San Francisco de Asís o San Francisco de Sales, movieron la palanca de la santidad y la reforma de la Iglesia hacia adelante?

Señor, ten misericordia de todos nosotros.