Wednesday, February 24, 2010

El velo del 11-M no es islámico

El 11 de marzo del 2004, España fue víctima de un atentado que habría de cambiar su historia. Doscientas personas fallecieron y varios centenares más resultaron heridas al explotar varias bombas en los trenes de cercanías que llegaban a la estación madrileña de Atocha.  Lo que ocurrió en los siguientes días lo sabemos todos y no creo que haga falta que lo describa en detalle. Una parte importante del pueblo español cambió el voto en las elecciones del 14 de ese mismo mes de marzo. Y ese cambio acabó con el PSOE de Zapatero en el poder. Un Zapatero con un plan de transformación social y político de España, que de no ser por la actual crisis económica, podría prolongarse durante 4-5 legislaturas.

Desde un primer momento estuvo claro que no era un atentado “normal”, si es que se le puede llamar normal a cualquier atentado. Ni seguía el patrón de los atentados islamistas, pues no había suicidas, ni parecía propio de Eta, por mucho que un comando de la banda armada fuera pillado días atrás llevando una gran cantidad de explosivos a Madrid. Sólo los que sospechamos –o más bien sabemos-, en base a datos y confidencias muy concretas, que Eta estuvo detrás de la “caída” de un avión de Iberia –en el que iba mi padre- en el Monte Oíz, el 19 de febrero de 1985, podemos creer sin mayor problema que la banda nacional-terrorista vasca es capaz de buscar masacres de ese tamaño.

La investigación del 11-M fue un cúmulo de despropósitos. El juez del Olmo consintió en que los restos de los trenes fueran destruidos sin ser analizados en detalle. Ese fue el primero de una serie de errores, que  a mí me cuesta creer que fueron bienintencionados, que  acabaron desembocando en un juicio donde, ahora lo hemos sabido, otro juez, Gómez Bermúdez, tomó el pelo a las víctimas y a todos los españoles. Y digo que nos tomó el pelo por no decir algo más gordo que me cree problemas con dicho juez. Pero tras ver el vídeo de los peritos que analizaron los explosivos de los escasísimos restos del atentado, sólo puedo pensar que el calvo con toga que presidía el tribunal del 11-M se acojonó y prefirió mirar para otro lado, ante la posibilidad de tener que poner en la calle a todos los acusados y, en buena lógica, ordenar una nueva instrucción de todo el proceso. Lo que ya no sé es si el acojone le vino a él solito o si alguna instancia superior se lo “provocó”.  Sea una u otra razón, si a Bermúdez le quedara un mínimo de dignidad humana, no digo ya profesional, debería de retirarse de la circulación. Y, por supuesto, tendrá que bajar la cabeza cada vez que se encuentre con una víctima de aquel atentado.

Seguimos con la duda de quién provocó el 11-M. Ahora bien,  muchos ya no dudamos lo más mínimo de que el Estado ha hecho todo lo que está en su mano para evitar que se sepa la verdad. Que no se sorprendan si somos también muchos los que creemos que esa verdad apunta con el dedo acusador a ese mismo Estado, cuyas cloacas, gracias a la irresponsabilidad de Aznar, seguían contando con algunas de las mismas ratas que años atrás se habían dedicado a la guerra sucia contra Eta y a la malversación de fondos. Es posible que la mayor parte de los españoles, aborregados y sólo preocupados por la crisis económica, no quieran saber lo que ocurrió en esa mañana de invierno en Madrid. Pero la verdad es una señora que tiene la “puñetera manía” de salir a la luz cuando más incómoda resulta. Esperemos que en esta ocasión logre librarse del velo que la oculta. Un velo, dicho sea de paso, no islámico. Y si lo logra, será gracias al papel de unos medios de comunicación –muy pocos, por cierto-, que demuestran servir mejor a España que el resto de las instituciones del país.

Luis Fernando Pérez

Friday, February 19, 2010

El factor Rosa Díez

Rosa Díez, cuyo figura opaca todavía la de las siglas de su partido UPyD, se ha convertido en una política vasca de raza. Digo que se ha convertido porque cuando era consejera socialista en un gobierno liderado por el PNV, pocos podían pensar que décadas después sería una de las voces más contundentes a la hora de denunciar la lacra del nacionalismo e incluso los graves errores del sistema autonómico. Ahora bien, su cambio de actitud ante ese cáncer que infecta España entera no es criticable. Todo lo contrario. A mí me resulta patético que haya personas como Gotzone Mora que le echan a Rosa Díez su pasado cuando la propia Gotzone militaba en el mismo partido que pactaba con el PNV. La diferencia entre una y otra es que Rosa, sin renunciar a ser socialista, le ha echado valor y ha fundado un partido y la otra está en un puesto de designación política del gobierno de Camps. No hace falta que diga quién ha sido más consecuente.

Tras la irrupción de UPyD en el parlamento español y, más recientemente, en el europeo, son muchos los análisis encaminados a averiguar si ha obtenido más votos del PP que del PSOE. Yo me inclino a creer que el partido de Rosa tiene más capacidad de crecimiento en el electorado de izquierdas con una sensibilidad real por la cuestión nacional, pero eso no es óbice para que pueda arrancar también muchos miles de votos de ciudadanos desencantados con un PP gobernado por un Rajoy errático. Por ejemplo, no tengo la menor duda de que si UPyD consigue presentar a la alcaldía a un candidato aceptable, Gallardón se puede llevar el disgusto de su vida.

Yo, como cristiano decidido a votar a opciones políticas que defiendan de verdad los valores éticos y morales que profeso, no podría apoyar con mi voto a un partido pro-abortista y lacista (aunque en menor grado que el PSOE) como UPyD. Pero si decidiera dejar a un lado esos valores a la hora de depositar mi papeleta en la urna, tengo muy claro que a día de hoy mi opción sería el partido de doña Rosa. Antes que votar a un partido que se va a entregar a los nacionalistas para gobernar, prefiero hacerlo a quien puede ser una opción política alternativa a ese voto nacionalista. O, en otras palabras, si Rajoy no obtiene mayoría absoluta -yo dudo que siquiera gane-, prefiero que tenga que apoyarse en UPyD en vez de en CiU, PNV y CC. Y como muchos españoles lleguen a la misma conclusión, lo mismo nos encontramos que tras las próximas generales hay 8-9 diputados de UPyD en las Cortes. No seré yo quien lo lamente.

Luis Fernando Pérez

Thursday, February 18, 2010

¿Fin al borboneo de Juan Carlos I?

Hace unos días escribí un post asegurando que la iniciativa de Su Majestad el Rey Juan Carlos I para buscar un pacto de estado de cara a solucionar la crisis, me parecía un intento de ayudar al gobierno de Zapatero. Tras escuchar argumentos de unos y otros en las diversas tertulias radiofónicas y televisivas a las que soy asiduo (Es.Radio, Intereconomía), he llegado a la conclusión de que lo ocurrido ha sido un acto puro y duro de borboneo. Es decir, el Rey, sin encomendarse a Dios ni al diablo, se ha metido a hacer de Celestina entre dos contendientes que tienen más ganas de arrancarse la piel a tiras que de arrejuntarse en amancebamiento público. Y además, tanto Zapatero como el PP de Rajoy le han venido a decir al Rey -con muy buenas maneras, eso sí- aquello de "métase en sus asuntos y déjenos en paz". O, en otras palabras, "usted no se meta en política, que para eso estamos los políticos".

Por si quedara alguna duda, el debate de ayer en el Parlamento ha demostrado que los dos principales partidos de España no piensan hacer ni repajolero caso a la petición real de consenso. Y es lógico. No puede haber un gran acuerdo entre un partido cuyo líder tiene unos valores muy firmes -tanto como peligrosos- y el partido cuyo único valor consiste en encontrar la forma de llegar a la Moncloa sin decir al pueblo lo que hay que hacer para salir del abismo económico en que nos encontramos.

Zapatero es de izquierdas y no hará una política económica sensata ni así lo sometan a tortura malaya. Rajoy es de... Rajoy... y no se acercará a Zapatero en aquello que él cree que le servirá para llegar a la presidencia de gobierno. Así que más le vale a don Juan Carlos no hacer de Juan Carlos, porque puede acabar con su imagen muy deteriorada. Y anda que están las cosas en España como para que la monarquía salga mal parada por el borboneo del Borbón reinante. Podría poner en peligro el reinado del Borbón sucesor, del que tengo la impresión de que ve con preocupación que su padre no acaba de entender que a estas alturas de la película, cuando no ha movido un solo dedo ante temas que ponían en peligro la unidad de España, no es sensato olvidarse cuál es su papel constitucional. Ese papel no es forzar públicamente consensos imposibles entre quienes no quieren consensuar. Esas cosas se hablan en privado y si se ve que lo que no puede ser, no puede ser, pues uno se calla y no la lía más.

Esperemos que don Juan Carlos haya aprendido la lección. Si no, habrá que decirle aquello de "¿por qué no te callas?".

Luis Fernando Pérez

Wednesday, February 17, 2010

¡Qué dos años nos quedan por delante!

Esta mañana ha tenido lugar en el Congreso el enésimo enfrentamiento entre Zapatero y Rajoy a cuenta de la crisis económica. Y se ha vuelto a repetir el mismo escenario, salvo acaso una mayor contundencia rajoyesca en la crítica.

Zapatero ha hecho gala de su táctica favorita. Mientras sigue con la misma política económica que nos ha llevado a sufrir más que nadie el embate de la crisis, ofrece diálogo, acuerdos y mesas de negociación a tutiplén. Pero las líneas generales de su gobierno no van a variar. Presume del Plan E cuando todo el mundo sabe que los recursos económicos destinados al mismo habrían sido infinitamente mas útiles, por ejemplo, dedicándolos a que los ayuntamientos y las comunidades autónomas pagaran a las empresas, sobre todo a las pequeñas y medianas, lo que les deben. Un plan que ha servido para cambiar aceras y para realizar obra pública sin ton ni son sólo puede calificarse como absurdo. Y su capacidad para frenar el paro ha demostrado ser más bien escasa.

Que ZP hable de recortar el gasto corriente del Estado es como si "la Tacones" habla de castidad. ¿Dónde está su "Manostijeras", su profesor Barea, con autoridad para acabar con los gastos supérfluos? No lo tiene. Y no parece que la señora Salgado, vicepresidenta y ministra de economía tenga la energía suficiente como para acometer esa tarea.

Zapatero ha vuelto a demostrar que su única esperanza radica en la recuperación de la economía mundial. Sigue en la idea de que la crisis acabará antes o después y, mientras tanto, hay que mantener el pulso del gasto social y poco más. El bajo nivel de endeudamiento de España, logrado gracias a la gestión de la era Aznar-Rato, le permite todavía un margen lo suficientemente amplio como para no caer en la sima griega. Es decir, España podrá mantener un déficit superior al exigido por Europa durante los años necesarios para que ZP se pueda presentar a las elecciones asegurando que Papá-Estado, gracias a él, ha sido capaz de subsidiar a sus hijos más "necesitados". Y de paso dirá que la derecha es una madrastra mala que habría dejado morirse de hambre a esos mismos hijos. Con el potencial mediático que tiene a su servicio, ese discurso puede darle un susto de muerte a don Mariano y los suyos, que confían su suerte política sólo a la carta económica.

En definitiva, estamos ante una carrera de fondo que tiene la meta a dos años vista. ZP sabe que si de aquí a entonces la economía logra remontar un poco, ganará las elecciones. Si entre medias su partido sufre un descalabro en las próximas elecciones municipales y autonómicas, no pasará nada. Todo sea por salvar lo que realmente importa: la presidencia de lo que queda de la nación española.

Respecto a Rajoy, creo que ha cometido un grave error. Pedir a los diputados del PSOE que retiren su apoyo al presidente del gobierno es una estupidez. Alguien le puede decir que es más fácil que los diputados populares le retiren a él su apoyo debido a su perfil bajo a la hora de hacer oposición. Y el argumento de que no presentará una moción de censura porque no tiene votos para ganarlo es paupérrimo. Eso es como el que dice que no juega nunca a la lotería porque no sabe el número que va a salir. A veces hay que jugársela, don Mariano. No tiene nada que perder con una moción de censura. A menos, claro, que no quiera que los españoles sepan cuál es su propuesta de gobierno.

Luis Fernando Pérez

Friday, February 12, 2010

Así que ahora el Rey quiere un pacto de Estado...

La cosa tendría gracia si no fuera porque se vuelve a demostrar una vez más la afinidad política del actual jefe del Estado, sucesor del anterior a titulo de Rey. Y es que tras años de silencio cómplice ante la desmembración de España, cuya unidad es ya una quimera debido a los abusos del malhadado sistema autonómico, don Juan Carlos I, rey típicamente Borbón, sale a pedir un pacto de Estado para abordar la crisis económica.

¿Qué podría servir mejor para que Zapatero se presentara en las próximas elecciones con grandes posibilidades de volver a ganar? Pues precisamente un pacto por el cual pudiera decir que la responsabilidad de la gravedad de la crisis en España no es sólo suya, sino de todos.

De todas formas, creo que el Rey no acaba de enterarse quién es el presidente de gobierno de nuestro país. Zapatero no tiene la más mínima intención de pactar algo que suponga un recorte de "gasto social", y tampoco se le ve por la labor de acabar con ese monstruo que acaban de aprobar y que se llama financiación autonómica. Entonces, ¿qué es lo que se va a pactar? ¿no sería mejor que se convocaran unas elecciones y que cada cual sacara su programa para que los españoles decidieran?

No olvidemos que en las últimas elecciones, el Banco de España hizo trampa. No hizo públicos datos que apuntaban a que la crisis la teníamos encima. La razón aducida era que no querían influir en el proceso electoral. Se ve que ocultar la verdad al pueblo no era influir en dicho proceso, ¿verdad? ¡Patético!

La única solución para salir de la tumba en la que nos ha metido Zapatero es dejar que la gente tenga la oportunidad de enviarle al paro. Claro que, siendo como es este país, y viendo la zarrapastrosa e irresponsable política de oposición del PP, lo mismo se convocan ahora unas elecciones y vuelve a ganar el vallisoletano que dice ser leonés. Pero incluso eso tendría algo positivo: el fin del rajoyismo. Y es que no hay mal que por bien no venga.

Mientras tanto, lo mejor que puede hacer el Rey es dedicarse a la caza mayor en Siberia. Y si puede ser en Mongolia, que está más lejos, mejor. No necesitamos un monarca que venga a echar capotes a un gobierno inútil. Si no ha valido para garantizar la igualdad de todos los españoles independientemente de la comunidad autónoma donde residen, menos va a servir para salvarnos de la miseria de una crisis que es mucho más moral que económica.

Luis Fernando Pérez

PD: Alguien debería decirle al Rey "católico" de España que, ante los ojos de Dios, el marido de su  hija Elena sigue siendo el mismo, a pesar del divorcio civil. Eso de quitarle de la foto oficial atenta contra esa verdad.

PD2: La vicepresidenta ha dicho que el Rey no está mediando, o sea, que seguro que sí lo está haciendo.

Wednesday, February 10, 2010

Garzón, ¿final de trayecto?

Todo parece indicar que estamos ante el fin de la carrera judicial de uno de los jueces más controvertidos que ha tenido España en su historia reciente. Don Baltasar Garzón puede ser apartado de la Audiencia Nacional debido a la más que segura imputación del delito de prevaricación por parte del Tribunal Supremo. Y si finalmente fuera encontrado culpable, sus años como juez habrían llegado a su fin.

El personaje es de los que dejan huella. Su fama alcanzó altas cotas cuando pasó de investigar los Gal a ser diputado en el Congreso y luego, una vez que Felipe González no le hizo ministro, volvió a la Audiencia para retomar la investigación sobre los Gal, llevando a la cárcel a toda la cúpula de Interior del gobierno socialista. Mi opinión sobre lo ocurrido es que ni era lógico que un juez pudiera pasar a la política y volver a la judicatura para encausar a quienes fueron sus camaradas políticos, ni tampoco era admisible que el terrorismo de Estado, y la corrupción económica adjunta el mismo, quedara tapado bajo la alfombra de la impunidad. De los Gal sacamos dos conclusiones: al PSOE la legalidad le importaba un pimiento y Garzón era un tipo "peligroso". Nada ha cambiado desde entonces.

Hacer un listado prolijo de las actuaciones de Garzón desde tiempos de los Gal hasta ahora haría que este post fuera interminable, así que voy a evitar al lector semejante tortura. Baste recordar que tiene fama de muy mal instructor, lo cual ha provocado que en algunos casos los delincuentes hayan salido bien parados.

Lo que sí es evidente es que a este jienense de nacimiento, España se le quedaba pequeña. Él quería un reconocimiento mundial y por eso, cuando Augusto Pinochet decidió viajar a Londres para tratarse de una de sus variadas dolencias, Baltasar vio el cielo abierto y, con la oposición del fiscal Fungairiño, ordenó su detención. Aquello provocó un incidente diplomático de agárrate y no te menees, pero bien poco le importaba tal circunstancia a nuestro juez-estrella. Todo lo contrario. Cuanto más jaleo mediático, más subía su caché. El caso es que su interés en juzgar a dictadores de derecha ha sido al final la tumba en la que va a ser enterrada su carrera profesional.

Este juez metido a político, o político metido a juez -tanto monta, monta tanto- decidió hace un par de años que él solito podía ser el personaje que llevara a cabo, desde el punto de vista judicial, el programa zapateril de reavivar las heridas de la Guerra Civil. Si para ello tenía que pasarse por el forro todos los procedimientos habidos y por haber, pues se los pasaba: "La justicia soy yo", debió pensar Garzón, emulando a algún antecedente histórico monárquico absolutista. Y claro, se ha encontrado con que le han dicho: "Con la Justicia has topado, Baltasar".

Leer el auto del juez Luciano Varela Castro, magistrado de Sala de lo Penal del Supremo, por el que rechaza el sobreseemiento de la causa contra Garzón, es un ejercicio de sadomasoquismo puro y duro, en caso de ser un garzonófilo, o de éxtasis cuasi místico si uno se encuentra entre los que desean que alguien pare los pies al  más claro ejemplo del fenómeno de los jueces-estrella en España. Don Luciano deja a don Garzón hecho trizas. Dicen bien aquellos que sugieren que más que un auto, parece una sentencia condenatoria.

Vamos a ver en qué acaba todo. Personalmente, tengo un gran interés en saber qué ocurrirá con el caso Faisán una vez que deje de llevarlo don Baltasar. Aunque conociendo al personaje, no descartaría que el juez le pegara carpetazo antes de que el CGPJ le retire de la Audiencia.  Y como es imprevisible, tampoco se puede desechar que mañana eleve el posible procesamiento del mismísimo Rubalcaba al Supremo, por ser aforado. Estando Garzón por medio, todo puede pasar.

Podemos estar asistiendo a la caída definitiva de una estrella. Dudo que en el PSOE cometan la imprudencia de permitirle regresar a la política. Si es condenado por prevaricación, se le cierran las posibilidades de ser juez en algún tribunal internacional. Y una vez despojado de todo poder, su fama puede disolverse como el rocío bajo un sol primaveral. Durante un tiempo podrá dar conferencias y escribir algún libro, pero puede que en dos años nadie se acuerde de él. ¿Sabrá don Baltasar adaptarse a llevar una vida en el anonimato? Lo dudo mucho.

Luis Fernando Pérez

Saturday, February 06, 2010

Zapatero sí tiene valores

Durante las tertulias de esta semana en "La noche de César" en Es.Radio, el director de dicho programa, César Vidal, ha mantenido en repetidas ocasiones que el actual presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, está lejos de ser un político sin valores y que se mueve sólo por impulsos electorales. Distinto es que haya sido lo suficientemente inteligente como para saber cuándo podía avanzar en su intento de trasladar dichos valores a la sociedad española o cuándo debía dejarlos "en la nevera".

Yo estoy plenamente de acuerdo con don César. De Zapatero se pueden decir muchas cosas, mayormente malas, pero no que carezca de una cosmovisión del mundo que, en buena lógica, quiere imponer en nuestro país. Por supuesto, esa cosmovisión se da de tortas con la de buena parte de la población española, pero ZP ha aprendido que puede echar pulsos a la derecha social y ganarlos. Pasa exactamente lo mismo con la llamada "cuestión nacional". Aunque el Constitucional se cargue el "estatut", cosa que yo dudo, la desvertebración de España es ya un hecho. No puede ser de otra forma cuando el presidente del país cree que el concepto nación es "discutible".

Estando todavía en la oposición Zapatero dio muestras de saber lo que quería. Por ejemplo, en lo relacionado con los valores éticos y morales, cualquier duda debería de haberse despejado el día en que Rodríguez les dijo a unos niños que él quería "más gimnasia y menos religión". Más adelante nos salió con aquello que no es cierto que la verdad nos haga libres, sino más bien la libertad nos hace verdaderos. Su concepto de alianza de civilizaciones, que tanto atractivo ejerce sobre griegos y gentiles, parte de que él cree que la suya tiene mucho más que ver con los hijos de la Viuda que con los hijos de Abraham. En definitiva, Juliano el Apóstata era un alma bendita al lado de José Luis el Rojo utópico.

Con todo, el drama no es que Rodríguez Zapatero tenga valores firmes y peligrosos. No, el verdadero drama es que enfrente no tiene a nadie con la capacidad de plantarle cara de verdad. Ni políticamente ni, me temo, socialmente. De Rajoy sólo podemos esperar una mejor gestión económica. Pero el posicionamiento del PP ante asuntos como el matrimonio gay, el aborto e incluso la EpC es, como mínimo, variable. Pasa lo mismo con la susodicha "cuestión nacional". El partido de la cláusula Camps no puede ser creíble a la hora de defender la igualdad de todos los españoles. Con Aznar sabíamos a qué atenernos. Es cierto que en todo lo relacionado con la cultura de la muerte, don José María fue un absoluto desastre, pero al menos sabíamos que estábamos ante un gobernante que tenía una idea clara de lo que quería hacer con España y no dudaba en partirse la cara dialécticamente con la izquierda. Con Rajoy no sabemos a qué atenernos. Al menos yo no lo sé.

¿Y qué decir de los movimientos cívicos y la Iglesia, que sí han dado la cara contra la ingeniería social del zapaterismo? Los primeros siguen activos y hay que agradecerles que no hayan bajado del todo la guardia. Pero al mismo tiempo, causa horror el ver cómo han caído en guerras cainitas, con rupturas sonadas como la de Hazte Oir y el Foro Español de la Familia, cuyas consecuencias están afectando incluso al movimiento provida. En mi opinión, existe un defecto de fábrica en dichos movimientos. Y se manifiesta en que huyen como alma que lleva el diablo de la posibilidad de que una fuerza política diferente del PP pueda llevar sus valores al parlamento. Y si en una democracia como la nuestra ocurre que lo que la derecha social defiende en la calle no encuentra eco en el Parlamento, ¿para qué queremos esa democracia? A veces da la sensación de que piensan que el bien mayor para este país es que el rajoyismo gobierne. Para mí, el bien mayor es tener al menos 5-10 diputados en el parlamento que digan lo que yo digo, que piensen lo que yo pienso, que defiendan lo que yo defiendo. Y si alguna vez son una fuerza necesaria para formar gobierno, habremos dado un gran paso para que, en un futuro, el partido mayoritario de la derecha haga de verdad políticas de derecha en el terreno de los valores.

Respecto a la Iglesia, valga decir que la postura adoptada por la FERE en relación a la EpC ha pasado a ser, con todos los matices que se quiera, la postura adoptada por los obispos.  La idea de que "la Iglesia propone y no impone" empieza a ser una especie de mantra que esconde el hecho de que la Iglesia no tiene la menor capacidad de imponer nada, pero sí podría ser todavía una fuerza decisiva a la hora de impedir que desde el gobierno se le dé la puntilla al cristianismo de este país. Aquí nadie pretende que Añastro pida al Vaticano que envíe a la Guardia Suiza a invadir España. Basta con que sea consciente de que enfrente tiene a un verdadero enemigo de la cruz, y que con un enemigo así, el consenso se convierte en cesión, la excesiva prudencia en cobardía y el pacto en traición a nuestros valores. No veo yo a los obispos venezolanos conformándose con cubrir el expediente ante Chávez. No veo yo a los obispos mejicanos evitando el enfrentamiento abierto con los políticos que, con nombres y apellidos, defienden el aborto y el matriomonio gay. No veo yo a muchos obispos católicos norteamericanos escondiéndose detrás de la casuística, para no decir que Pepe Pérez Martínez no puede comulgar porque pretende ser un político católico y a la vez declara públicamente su apoyo al "derecho a decidir" de la mujer.

Todo eso lo sabe Zapatero. Y como lo sabe, seguirá por la senda que se ha marcado mientras la crisis económica, a la que sus valores le impiden enfrentarse como es debido, no se le lleve por delante. Por tanto, si en lo que queda de legislatura nos plantea una ley de libertad religiosa que suponga un auténtico retroceso del cristianismo en este país o si llega a proponer una ley que legalice la eutanasia, que nadie diga que lo hace para distraer al personal y para que se hable de otra cosa además de la crisis. No, él hará eso porque eso es lo que quiere para España y porque, ante la certeza de que el PP no desandará ese camino, es preferible cumplir con toda su agenda social en ocho años antes de que arriesgarse a que en el 2012 los españoles le manden para casa sin haber acabado la misión para la que el Gran Arquitecto le ha llamado.

Luis Fernando Pérez

Thursday, February 04, 2010

Pensiones: si hay que hacer algo, hágase ya

Imagínese el lector que acompaña al médico a un familiar muy querido para conocer los resultados de unas pruebas realizadas quince días atrás. Nada más entrar en la consulta, la cara del galeno hace temer lo peor. Efectivamente, nuestro familiar tiene cáncer. "Pero", dice el doctor alegrando su expresión, "lo hemos pillado a tiempo. Si usted se somete a un tratamiento de quimio y radioterapia, podemos llegar a curarlo. Incluso podemos plantearnos la cirujía". Entonces nuestro familiar pregunta: "¿Y eso duele? ¿eso es molesto?". El doctor, sorprendido, responde: "Hombre, pues sí. Son tratamientos con efectos secundarios molestos e incluso dolorosos". "¡Ah!", salta el enfermo, "¡Entonces nada! Ya se me curará solo". Nosotros, por supuesto, nos echamos las manos a la cabeza e intentamos, por todos los medios, convencer a nuestro ser querido de lo suicida de su actitud, pero no hay manera de lograr que cambie de opinión. El médico nos advierte: "Si no se pone en tratamiento pronto, llegará un momento en que ya sea tarde".

Desde que yo manifesté interés por la realidad política y económica de España he oído que había que revisar el sistema de las pensiones en España. Los buenos médicos, en este caso economistas, dieron una serie de indicaciones sobre lo que había que hacer pasa salvar el enfermo. De hecho, fueron muy claros: "Si no se toman esas medidas, llegará un momento en que el sistema quebrará y no se podrán pagar las pensiones". Pero claro, las medidas "duelen". Y quienes tienen que tomarlas, los políticos, no están por la labor de pagar el posible impuesto electoral que supondría reformar el sistema de pensiones de arriba abajo. Como mucho han dado aspirinas al enfermo. Pero el cáncer no se cura con pastillas para la tos, ni la gangrena desaparece echándole mercromina a la herida.

El gobierno de Zapatero ha entrado ya en el terreno de un humor negro que maldita la gracia que hace. Es decir, si no fuera porque lo que está en juego es nuestra supervivencia económica cuando lleguemos a la edad de jubilación, sería graciosísimo ver cómo ministros y altos cargos hacen el ridículo proponiendo medidas por la mañana y retirándolas al mediodía cuando los sindicatos exhiben sus uñas afiladas. Si no fuera porque en Europa van a pensar que somos un país de opereta, nos partiríamos de risa al comprobar como el ministerio de la señora Salgado parece guiarse por un guión de comedia de Ozores.

Pero no, no es gracioso ver que estamos en manos de un gobierno inútil, cobarde, rehén de su propio populismo. Y la oposición, por llamar de alguna manera a lo que hace el señor Rajoy, tampoco parece estar por la labor de arrimar el hombro. Nada de decir al "enfermo" que hay que operar o se muere. Eso es demasiado "facha". ¿Que las pensiones se van al cuerno dentro de 15 años? Sí, ¿y bien? ¿qué más les da a los políticos? ¿acaso ellos, que tienen garantizado un retiro dorado, van a sufrir las consecuencias?

Hay otros países, como Chile, que han adoptado una estrategia que parece dar buenos resultados. La capitalización de las pensiones, que son gestionadas no sólo por el Estado sino por entidades privadas, está funcionando. El dinero que te quitan de tu nómina va a una cuenta tuya, y ahí se queda hasta que te jubiles, de forma que cuando llega ese momento, el estado no tiene que darte nada que no sea tuyo. Por supuesto, ese mismo estado cubrirá los mínimos sociales necesarios para sostener a quienes por las razones que sea, han de recibir pensiones no contributivas. Pero dile tú eso a la izquierda española y a los sindicatos, y verás. Viven anclados en un pasado absurdo, de soflamas inútiles, de reivindicaciones que han demostrado ser una de las causas de la crisis. Y así nos va a ir. Zapatero, y me temo que también Rajoy, seguirán dando Frenadol y Couldina a un enfermo con cáncer de pulmón, que además quiere seguir fumando.

La mejor política social es la encaminada a que cada vez haya más gente que no necesite ser ayudada por el Estado para sobrevivir. Una sociedad subsidiada tiene como destino seguro el fracaso y la ruina. La clase política propone seguir con el modelo de la cigarra. Pero necesitamos la actitud de la hormiga aunque ahora nos cueste dar ese paso. El invierno no es que se acerque. Es que lo tenemos ya encima. Me temo que nos vamos a congelar.

Luis Fernando Pérez

PD: Entrevista de César Vidal al profesor José Barea, que sabe lo que hay que hacer y por qué no se hace.

Wednesday, February 03, 2010

Coronel empieza a buscar funeraria para la Cope

El grupo Cope va derechito hacia el colapso empresarial. Su presidente, Alfonso Coronel de Palma, ha asegurado hoy que están buscando socios para Popular TV, lo que traducido a la realidad significa que quiere vender la emisora de televisión. Además, reconoce que las pérdidas del año pasado alcanzaron los 8.5 millones de euros. Sin embargo, asegura que no hay deuda y que hay una "despensa" con 10 millones de euros.

Sería bueno que nos dijera en qué consiste esa despensa. Como esté pensando en los fondos de la Fundación que está en manos de su antecesor al frente de la cadena, el padre Bernardo Herráez (conocido con "Don Bernardo"), lo lleva claro. Esos fondos no están para cubrir pérdidas del grupo Cope.

Coronel ha insistido mucho en que la Cope no está peor que otros medios de comunicación. La crisis afecta a todos. Lo cual es cierto. Pero a ninguno de esos medios se le ocurrió la locura de deshacerse de los dos comunicadores que más audiencia daban a la empresa. Desde el punto de vista empresarial, la decisión era una auténtica locura. Pero todos sabemos que la Cope no es una empresa normal. Es propiedad de la Conferencia Episcopal Española, en la que la postura favorable a mantener a la dupla Losantos-Vidal pasó a ser minoritaria cuando el cardenal Cañizares pasó de defenderles a capa y espada a pedir la cabeza del tulorense.

Cuando una empresa no se guía por razones empresariales, lo normal es que acabe entrando en serios problemas en tiempos de crisis. Y si encima tiene como presidente a alguien que ha demostrado su incapacidad para hacer una buena gestión económica (en el CEU saben mucho de eso), el futuro puede ser, sencillamente, inexistente. Parece que van a ofrecer a los sindicatos una rebaja de sueldos como alternativa a un ERE. Por lo que yo sé del comité de empresa de Cope, cabe esperar un revuelo interno importante.

Lo cierto es que algo tendrán que hacer para no entrar en quiebra. Nadie, con dos dedos de frente, puede pensar en que la Iglesia Católica cometerá la locura de mantener una Cope deficitaria, que pierda varios millones de euros al año. O la cadena sobrevive por sí misma o habrá que venderla. El fantasma del Diario Ya sobrevuela Añastro. Es de supone que ya están al acecho los animales rapaces, deseosos de lanzarse sobre el cadáver. Alguien debería decirle a los obispos que si no va a quedar más remedio que vender la Cope, es mejor hacerlo ahora que todavía vale algo a tener que malvenderla cuando nadie esté dispuesto a dar medio euro por la cadena. Pero mucho me temo que se conformarán con mirar al dedo que pretende tapar el sol negro que presagia el futuro tenebroso del principal medio de comunicación en manos de la Iglesia en España.

Lo peor de todo es que no hay marcha atrás. La apuesta por Nacho Villa, Cristina y Colmenarejo ha fracasado. Abellán, el único en mantener el puso, se larga a final de temporada, si que no consigue hacerlo antes. El nido de audiencia de Cope va a ser copado por unas emergentes Es.Radio e Intereconomía. Algunas de las opciones que suenan para sustituir a los fracasados tienen tanto atractivo como doña Teresa de la Vega en bikini. Los que querían ser cabeza de ratón, se van a encontrar sin ratón y sin cabeza. Sólo falta que cuando el último salga, además de apagar la luz se acuerde de meter en una carpeta las hojas con el ideario de la cadena. Ese que  pasó de ser una declaración de máximos (Cardenal Amigo dixit) a convertirse en la excusa para justificar el descabello de un medio que ha sido el referente de la derecha social en las últimas dos décadas.

Luis Fernando Pérez

PD: Recomiendo que se lea esta información de Libertad Digital para hacerse una idea sobre la fiabilidad de Coronel cuando asegura que no habrá ERE.

Tuesday, February 02, 2010

Estas cosas pasan por votar a Zapatero

Era previsible pero no por ello menos preocupante. El paro sigue subiendo y hemos superado los 4 millones de personas que queriendo trabajar, no pueden. Según Libertad Digital, el número real de parados sobrepasa los 4.5 millones. El Ministro de ¿Trabajo? profetizó el año pasado que de ninguna de las maneras llegaríamos a los susodichos cuatro millones. Pues ahí los tiene, señor Corbacho. Si le quedara un poco de dignidad, se iría a casa, pero yo no recuerdo a un solo ministro socialista que se haya ido tras hacer el ridículo, salvo aquel ministro de Interior en tiempos de González, cuyo nombre no recuerdo, que se largó cuando se le escapó Roldán.

De todas formas, poco puede hacer un ministro de trabajo si al frente del resto de ministerios económicos hay auténticas calamidades nacionales. Por no hablar de la calamidad mayor, que tiene como nombre José Luis y por apellidos Rodríguez Zapatero.

Si ya es grave que haya tantos parados, peor es la sensación que tiene todo el mundo de que esto no tiene solución a corto-medio plazo. Empiezo a pensar que el paro sólo decrecerá cuando en el resto del mundo mejoren las cosas y los inmigrantes que estén acá se larguen a países más prósperos. Pero eso será sólo un maquillaje de la realidad.

España no es competitiva por muchas razones. Ni tenemos recursos naturales suficientes -y los que tenemos, como el agua, los desaprovechamos-, ni somos capaces de dejar atrás un ecologismo estúpido que nos conduce a la dependencia energética del país vecino y sus centrales nucleares, ni contamos con sindicatos libres de caspa pre-caída del muro de Berlín. Por no hablar de la ínfima formación de la generación que está hoy en nuestros colegios e institutos. Aunque ahora se lograra un pacto de educación que mejorara el nivel académico de los jóvenes españoles, cosa ya de por sí imposible mientras el zapaterismo marque las líneas de dicho pacto, pasarían al menos dos décadas hasta que recogiéramos los frutos.

Si alguien piensa que las cosas no pueden ir mucho peor, que espere a que los bancos reconozcan que las hipotecas que concedieron no reflejan la realidad del precio de los pisos en el actual mercado inmobiliario. Cuando digan, "dimos 100 por algo que hoy vale 60", y cuando los parados no puedan pagar sus préstamos, cosa que ya está pasando, veremos en qué queda la salud del sistema financiero español, sobre todo a nivel de Cajas de Ahorros.

Con un Estado endeudado hasta las cejas, con un sistema bancario incapaz de impulsar la inversión, ¿de dónde pensamos que vamos a sacar fuerzas para salir de la crisis? Tendrán que venir de fuera a ayudarnos, pero entonces perderemos prácticamente toda autonomía para fijar la política económica del país. No es algo que me preocupe en demasía, porque no íbamos a estar en peores manos de lo que está ahora, pero me temo que de poco valdrá que nos lleven de la mano durante un tiempo si la nación entera, o lo que queda de ella, no se conciencia de una vez por todas que cuando en una urna se deposita el voto a favor de un demagogo populista como Zapatero, el resultado es crisis y desvertebración nacional. En otras palabras, el principal responsable de la situación actual de España no es Zapatero: Lo son los españoles que le votaron. Lástima que los que no lo hicieron tengan que pagar también las consecuencias.

Luis Fernando Pérez

Monday, February 01, 2010

Cuando las víctimas hablan

Reconozco que nunca he visto un programa completo de La Noria. Ni me va lo más mínimo el horario en que es transmitido, ni me gusta la cadena donde lo echan, ni me cae bien el presentador, ni, sobre todo, soporto a algunos de los tertulianos. Y no porque sean de izquierdas. En el "Gato al agua" de Intereconomía participan políticos y periodistas izquierdosos y me parece que dan un toque interesante a sus tertulias. Pero cuando veo en pantalla los rostros de Enric Sopena y María Antonia Iglesias, mi brazo se dirige automáticamente hacia el mando a distancia para cambiar de canal. Así evito ponerme de mala leche.

Sin embargo, de vez en cuando leo en los medios informativos de internet que alguno de esos dos personajes han montado "un pollo" en su intento desesperado de defender lo indefendible. Y este fin de semana, doña María Antonia ha vuelto a cruzar el umbral de la indecencia moral al llamar "padres espectáculo" a los progenitores (A, creo) de Sandra Palo y Mari Luz Cortés, ambas víctimas de asesinos repugnantes. A esta gigante del rojerío patrio le molesta que los que han sufrido en sus carnes la violencia, pretendan ser canales de la opinión de multitud de españoles, entre los que me encuentro, que creen que el actual sistema penal en España debe de ser cambiado para que haya verdadera justicia contra los que acaban con la vida del prójimo.

Dice la señorita Iglesias: "hay que frenar esta demagogia insultante a la inteligencia de las personas que consiste en confundir los sentimientos lógicos y respetabilísimos de un padre o una madre que ha sufrido semejante afrenta con la reforma de las leyes". Ahí queda eso, sabueso. Esta mujer, que por lo visto acude a misa frecuentemente, no parece conocer la parábola del juez injusto de los evangelios. Cristo la contó así:

"Había en una ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. Había asimismo en aquella ciudad una viuda que vino a él diciendo: `Hazme justicia contra mi adversario´. Por mucho tiempo no le hizo caso; pero luego se dijo para sí: `Aunque, a la verdad, yo no tengo temor de Dios ni respeto a los hombres, mas, porque esta viuda me está cargando, le haré justicia, para que no acabe por molerme´" (Luc 18,2-5).

Pues oiga, ni eso. Si Cristo hubiera pensado en María Antonia, la parábola habría quedado tal que así:

"Había en una ciudad una jueza que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. Había asimismo en aquella ciudad una viuda que vino a ella diciendo: `Hazme justicia contra mi adversario´. Y como cabía esperar, la jueza no sólo no hizo ni repajolero caso a la viuda, sino que además se permitió el lujo de vejarla y de acusarla de dar espectáculo a costa de su dolor. Y se dijo a sí misma: `como se le ocurra volver a darme la vara, todavía la encierro´".

Y es que no hay cosa más molesta para cierta izquierda que el ver cómo el pueblo no acepta su buenismo irresponsable. Les irrita que la realidad deje de manifiesto lo desastroso de sus políticas. Les desespera que las víctimas pidan justicia cuando sus leyes han demostrado ser inicuas.  Da igual que la víctima lo sea de ETA o de un delincuente común. Antes está la ideología y la defensa del partido que la justicia.

Las leyes no se pueden hacer sólo a golpe de lamentos de las víctimas, pero no se puede permitir, bajo ningún concepto, que una ley añada más dolor a quien ha sufrido la pérdida de lo más querido. Un gobierno que no oye la voz de los inocentes y que no busca hacerles justicia, pierde su legitimidad para gobernar, por mucho que unas urnas se la hayan dado. Si el Estado no protege adecuadamente sus ciudadanos de quienes ponen en peligro la convivencia común, ¿para qué queremos Estado? No se trata de imponer el ojo por ojo, y diente por diente. Se trata de que los que lloran puedan recibir cierto consuelo, al ver que quienes han puesto fin a su felicidad no pueden pasearse por la calle tranquilamente.

Luis Fernando Pérez