¡Qué dos años nos quedan por delante!
Esta mañana ha tenido lugar en el Congreso el enésimo enfrentamiento entre Zapatero y Rajoy a cuenta de la crisis económica. Y se ha vuelto a repetir el mismo escenario, salvo acaso una mayor contundencia rajoyesca en la crítica.
Zapatero ha hecho gala de su táctica favorita. Mientras sigue con la misma política económica que nos ha llevado a sufrir más que nadie el embate de la crisis, ofrece diálogo, acuerdos y mesas de negociación a tutiplén. Pero las líneas generales de su gobierno no van a variar. Presume del Plan E cuando todo el mundo sabe que los recursos económicos destinados al mismo habrían sido infinitamente mas útiles, por ejemplo, dedicándolos a que los ayuntamientos y las comunidades autónomas pagaran a las empresas, sobre todo a las pequeñas y medianas, lo que les deben. Un plan que ha servido para cambiar aceras y para realizar obra pública sin ton ni son sólo puede calificarse como absurdo. Y su capacidad para frenar el paro ha demostrado ser más bien escasa.
Que ZP hable de recortar el gasto corriente del Estado es como si "la Tacones" habla de castidad. ¿Dónde está su "Manostijeras", su profesor Barea, con autoridad para acabar con los gastos supérfluos? No lo tiene. Y no parece que la señora Salgado, vicepresidenta y ministra de economía tenga la energía suficiente como para acometer esa tarea.
Zapatero ha vuelto a demostrar que su única esperanza radica en la recuperación de la economía mundial. Sigue en la idea de que la crisis acabará antes o después y, mientras tanto, hay que mantener el pulso del gasto social y poco más. El bajo nivel de endeudamiento de España, logrado gracias a la gestión de la era Aznar-Rato, le permite todavía un margen lo suficientemente amplio como para no caer en la sima griega. Es decir, España podrá mantener un déficit superior al exigido por Europa durante los años necesarios para que ZP se pueda presentar a las elecciones asegurando que Papá-Estado, gracias a él, ha sido capaz de subsidiar a sus hijos más "necesitados". Y de paso dirá que la derecha es una madrastra mala que habría dejado morirse de hambre a esos mismos hijos. Con el potencial mediático que tiene a su servicio, ese discurso puede darle un susto de muerte a don Mariano y los suyos, que confían su suerte política sólo a la carta económica.
En definitiva, estamos ante una carrera de fondo que tiene la meta a dos años vista. ZP sabe que si de aquí a entonces la economía logra remontar un poco, ganará las elecciones. Si entre medias su partido sufre un descalabro en las próximas elecciones municipales y autonómicas, no pasará nada. Todo sea por salvar lo que realmente importa: la presidencia de lo que queda de la nación española.
Respecto a Rajoy, creo que ha cometido un grave error. Pedir a los diputados del PSOE que retiren su apoyo al presidente del gobierno es una estupidez. Alguien le puede decir que es más fácil que los diputados populares le retiren a él su apoyo debido a su perfil bajo a la hora de hacer oposición. Y el argumento de que no presentará una moción de censura porque no tiene votos para ganarlo es paupérrimo. Eso es como el que dice que no juega nunca a la lotería porque no sabe el número que va a salir. A veces hay que jugársela, don Mariano. No tiene nada que perder con una moción de censura. A menos, claro, que no quiera que los españoles sepan cuál es su propuesta de gobierno.
Luis Fernando Pérez
2 Comments:
Estoy totalmente de acuerdo.
He escrito un comentario de más de 4096 caracteres que he colgado aquí:
http://miguel-serrano-cabeza.spaces.live.com/blog/cns!85E7D1A1A6C3E594!192.entry
Un saludo.
Tambien estoy de acuerdo, Luis Fernando.
Y he leido tambien el acertado comentario de Miguel Serrano Cabeza.
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