Friday, January 29, 2010

Tenemos un 20% de paro.. y lo que te rondaré morena

En España, una de cada cinco personas que quieren trabajar, no pueden hacerlo. Ese es el resultado de dos factores: la crisis económica mundial y la gestión económica del gobierno de Rodríguez Zapatero.

El primer factor puede estar en vía de solución. Parece que los países más industrializados salen ya de la recesión y empiezan a crecer. Pero precisamente el FMI acaba de aventurar que España será el único país desarrollado que no crecerá en este año y lo hará muy poco el que viene. Dado que para que el empleo crezca en nuestra nación es necesario crecer por encima del 2.5-3%, la cosa tiene muy mala pinta. Podemos plantarnos en cifras de paro cercanas al 25%, con la particularidad de que en breve serán millones los parados que no cobrarán ninguna prestación económica o apenas unos pocos cientos de euros al mes, que no dan ni para comer.

Zapatero ha decidido que España saldrá de la crisis cuando el resto del mundo salga. Pero salir de la crisis no es tener un crecimiento positivo del PIB. De poco le vale a los parados que España crezca el 0.9% en el 2011 si eso no se traduce en aumento del empleo. La verdadera crisis es la de las familias que no van a tener manera de sobrevivir en los próximos años si alguno de sus miembros no encuentra trabajo. La teta económica del Estado no da para mucho más, pues el déficit empieza a ser preocupante y la colocación de la deuda pública va a ser cada vez más complicada. Precisamente ahora son los bancos españoles los que compran esa deuda, lo cual, a su vez, implica que no disponen de liquidez para conceder préstamos que revitalicen la economía. Es la pescadilla que se muerde la cola. El panorama es "complicadillo":  déficit, emisión de deuda, falta de financiación bancaria provocada por la necesidad gubernamental de colocar la deuda, más crisis, posible crisis bancaria, imposibilidad de colocar más deuda, peligro real, aunque lejano, de quiebra del Estado.

Son muchos los economistas y las instituciones que proponen una reforma del mercado laboral que facilite la contratación de nuevos empleados a las empresas. La idea sería abaratar el despido de los nuevos contratados, manteniendo la indemnización de los que hoy todavía mantienen su empleo. Los sindicatos mayoritarios, que se han convertido en meros gigante burocráticos que existen porque el Estado les da el dinero de todos, se niegan a cualquier reforma que suponga el abaratamiento del despido. Digo yo que si lo que se propusiera es abaratar el de los que todavía tienen trabajo, esa oposición tendría sentido, pero ¿por qué no aceptar que las empresas que no están en crisis contraten a más gente aunque sea con la condición de que puedan echarla en el futuro sin pagar mucho? Si a un parado le dicen "te voy a contratar, pero que sepas que si dentro de un año te echo, no vas a cobrar 20 días de indemnización sino sólo 8", ¿alguien piensa que ese parado va a decir que no? Los sindicatos dejan de tener sentido cuando son un obstáculo a la solución de una crisis como la que tenemos encima.

Por encima de las cifras y las discusiones entre economistas está el sufrimiento real de aquellos que no sólo se encuentran en paro sino que saben que es muy complicado que encuentren "curro" a corto-medio plazo. La ayuda social que presta la Iglesia, sobre todo vía Cáritas, tiene un límite. La familia sigue siendo el refugio más eficaz para quienes están en situación desesperada, pero no siempre existen unos padres o unos hermanos capaces de echar una mano. Hay sectores que, simple y llanamente, no se van a recuperar en años. Por ejemplo, el de la construcción. No se vende lo construido, con lo cual no se construye vivienda nueva. Y los que han trabajado en ese sector, difícilmente pueden recolocarse en otro. No le pidas a un albañil que se meta a peluquero, ni a un jefe de obras que se dedique a la podología.

Como quiera que Zapatero va a seguir en el poder hasta el 2012, es necesario que nos hagamos a la idea de que tenemos crisis para rato. Incluso aunque ese año llegara el PP al gobierno, pasarían otros 2-3 años para que el empleo volviera a crecer. Eso suponiendo que no se impusiera el modelo Gallardón, que está dejando a la ciudad de Madrid al borde de la quiebra.

La sociedad española ha vivido muy acomodada durante una larga década. Veremos si sabe vivir bajo necesidad durante ese mismo tiempo. Mi sensación es que la crisis moral, de mayor calado que la económica, hará bastante difícil, por no decir imposible, que no se produzca un drama de consecuencias imprevisibles. Y es que cuando la miseria real sea una realidad para millones de españoles, y vamos camino de ello, se habrá creado el caldo de cultivo para la llegada de un populismo feroz que acabe por dar la puntilla a lo que quede de España. De hecho, el propio Zapatero cumple todos los requisitos para ser ese líder populista: demagogia, falta de ideas, irresponsabilidad y determinación en seguir en el poder a toda costa.

Luis Fernando Pérez

3 Comments:

At 4:07 AM, Blogger Isaac García Expósito said...

Yo pienso que el despido no es el problema. En España los sueldos son muy bajos.

El problema principal es que el Estado es el motor de la economía y eso no puede ser. Hay una desproporción entre los servicios públicos fundamentales (hospitales y juzgados) y el resto de funcionarios. ¿Por qué no se dedican los recursos económicos estatales para hacer lo que deben, en vez de querer acaparar todo el mercado?

Capítulo aparte la masa de enchufados (Ayuntamientos, Diputaciones, Consejerías, Asesores, etc) y que ganan una pasta gansa.

Así es imposible.

 
At 4:38 PM, Anonymous Anonymous said...

El problema con el abaratamiento del despido está en que, si vuelven las vacas gordas algún día (Dios lo quiera), dudo mucho que los mandamases quieran entonces encarecerlo de nuevo...

 
At 1:14 AM, Blogger Luis Fernando said...

Bueno, es obvio que si se abarata el despido ahora... abaratado quedará. Pero los que ya tienen un derecho adquirido no lo perderán.
Y los que sean contratados con el nuevo sistema ya saben lo que hay.

Lo que es evidente es que este es sólo un aspecto a tratar. Para el futuro económico de España me parece más fundamental mejorar el nivel de la educación en este país, que está por los suelos.

 

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